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El "tendero de barrio": la atención personalizada

El «tendero de barrio»: la atención personalizada

Si lleva años viviendo en el mismo barrio y suele comprar con frecuencia en las pequeñas tiendas, se habrá dado cuenta de que la atención al cliente es distinta a la que recibe cuando acude a otras superficies comerciales más grandes.

¿En qué radica la diferencia? En que las experiencias que el cliente experimenta en esa tienda cercana a su casa son memorables. Allí, más que el mero acto de la compraventa, se generan momentos inolvidables. Allí es recibido con un buenos días y una sonrisa cuando traspasa el umbral de la puerta. Allí es “el cliente” con nombre propio. De hecho, todos y cada uno de nosotros somos “el cliente” por excelencia cuando entramos en la tienda de nuestro barrio.

¿Qué caracteriza al “tendero de barrio”?

El “tendero de barrio” saluda al cliente por su nombre, brindándole desde ese primer instante una atención personalizada.

Se toma su tiempo en atenderle, porque dedica a cada cliente los minutos necesarios para ofrecerle el mejor servicio. Recordemos que, en la atención al cliente, la duración de la respuesta será la necesaria para ayudar y dar la solución adecuada en cada caso concreto.

El acompañamiento continuo a lo largo del tiempo le permite conocer sus gustos o prioridades, por lo que puede adelantarse a ellos ofreciéndole nuevos productos de su interés. Y llegado el caso, incluso le recomienda que no adquiera determinado género que no ha llegado a su tienda en las mejores condiciones. Puede que pierda dinero, pero mantendrá un cliente satisfecho y agradecido.

Los momentos inolvidables se traducen en gestos diarios tales como: regalar unas chucherías a los niños, no cobrar los plátanos porque ya están muy maduros y obsequiarlos de forma natural, preguntar por la salud de una madre enferma, desear que pase un buen día… En definitiva, su tendero no sólo le venderá las legumbres sino que le aconsejará cómo conseguir que elabore el mejor plato con ellas.

Estos pequeños detalles, sumados en el tiempo, hacen que el precio no sea determinante a la hora de decidir dónde realizar la compra. Porque la gran mayoría de los consumidores prefieren pagar más si reciben a cambio una buena atención.

Todo ello da lugar a un compendio de experiencias memorables que harán que regrese de nuevo, porque en su tienda de barrio no se siente como un cliente más. Usted es “el cliente” con nombre propio, con familia, con historias que celebrar o con preocupaciones. Y su tendero le escucha y tiene una palabra amable. Siempre.

¿Cómo puede ofrecer su empresa este tipo de atención personalizada?

Su empresa puede proporcionar esta atención personalizada y cercana mediante la gestión profesional de la atención al cliente en un Contac Center. En ACCOM creemos que las cualidades de la figura del “tendero de barrio” establecen los cimientos de un servicio de atención al cliente por antonomasia. Por ello, no sólo es necesario tenerlas en cuenta sino que deben ser aplicadas en la práctica diaria de las interacciones con los clientes.

Cuando un cliente busca la respuesta de una empresa o marca a través del servicio de atención, ha de hallar los mismos momentos memorables que experimentaría en su tienda de confianza.

Desde el primer segundo debe sentir que es “el cliente”, y no una llamada o un mensaje más que es atendido para ser solucionado de forma rápida y dar paso al siguiente usuario. No. Cuando finalice la comunicación, el consumidor tiene que sentir que se lleva algo más que la resolución de un problema o la respuesta a una duda.

Y este es el objetivo y la prioridad de nuestro trabajo diario en ACCOM.

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